sábado, 4 de octubre de 2008

El artista y la maduración.

El arte, por su carácter estético, es visto como un tesoro por la sociedad, pero un tesoro que debe limitarse, pues como tesoro humano, la asignación del término tesoro implica la superioridad a la superioridad, rebajando a las mayorías a pesar de sus cualidades y circunstancias. Limitando al arte, la sociedad conserva el valor artístico pero no desata algo que puede llegar a ser “superior” y demostrar el evidente atraso que se genera con la pomposidad, los prejuicios y las actitudes separatistas, fomentadores gigantes de la mediocridad, pero excelentes canales y torniquetes para evadir al sueño, la cafeína del hombre. De igual manera sucede con la ciencia, ambos, ciencia y cultura, soltados según los caprichos de los que se hacen llamar a sí mismos y por los demás Los Más Grandes (Los Suprainsómicos)

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