Ha llegado el momento en el que el infante ha tomado la decisión de abandonar la niñez e iniciar la maduración, y finalmente hacer lo que se le ha enseñado a ser, desde nuestras palabras: EL NIÑO HA OPTADO NO DORMIR
El paso entre la niñez y la madurez insómica resulta un proceso de desvalorización propia, y, adaptación y adquisición de los ideales y objetivos de un grupo. Esta parte del crecimiento suele ser lenta y dolorosa, sin embargo, como en todo, existe la alternativa de lo fácil, a la cual, en esta etapa de ascensión la llamaremos Wanabe.
El Wanabe se caracteriza por su espíritu emprendedor por copiar tendencias llamativas de los insómicos y los noctámbulos (quienes caminan entre los despiertos, pero van dormidos, el filtro creativo del que antes hablaba) Los Wanabe anhelan antes que cualquier cosa ser parte del rebaño a cualquier costo, sin importarle si quiera, que
EL WANABE SUELE SER MÁS MEDIOCRE QUE EL MEDIOCRE
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