domingo, 10 de junio de 2012

4.2 La Experimentación


4.2 La Experimentación

"Pensar es siempre experimentar, nunca interpretar, pero la experimentación es siempre actual, acerca de lo que emerge, de lo nuevo, lo que se está formando."34
(Deleuze, 1996)


La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza
 (George Orwell, 1949)


El proyecto Conejillo inicia como espectáculo, el acto 4.2 es éste de donde todo parte. El proyecto del Conejillo comienza con un conejillo grotesco y gigante, y real, el acto 4.2 lo es. El proyecto Conejillo comienza como un juicio social en el que todos estamos atrapados, el acto 4.2 lo es. El proyecto Conejillo es una gran ópera multimediática de alteración sensorial en la que se representa al ser atrapado en sí y en sus construcciones sociales autodestructivas y narcisistas, la recreación de un ciclo de la vida que se basa en ideas de paranoia e inmadurez que bien lo pueden ser o no, el acto 4.2 necesitó de un árbol de actos para sustentarse y ser lo que tenía que ser, un proceso conceptual y accionista que revele la realidad de la transformación de ser libre a conejillo.

Éste es el acto 4.2.


Este texto se ha empeñado en no dejar cabos sueltos en la estructura conceptual del conejillo, así que ésta introducción a La Experimentación se basará más en presentar la estructura constructiva del desarrollo, de los cuales ya me enfocaré mas, en cada subdivisión. Así bien, el acto 4.2 se divide en:

4.2.1 Sobre la Ironía
4.2.2 Sobre la Manipulación mental
4.2.3 Sobre la Infraestructura Social
4.2.4 Sobre la Tortura
4.2.5 Sobre la Perspectiva de la Maduración

La t(d)rama de este acto navega desde el irónico, comienzo donde la libertad es negada y transformada obsoleta, un forzado intento de complacencia para un proceso y una asimilación mejor, en base a mentiras y palabrería política, un retrato de una sociedad dentro de lo planteado en el/ y sobre el PSS, una muestra ligera de qué pasa cuando uno tiene lo que en 198433, (Orwell, 1947), llamarían “crimen de pensamiento”, y finalmente, cuando el intelecto reaparece, la perspectiva visible muestra que ahora sí ya nada se puede hacer respecto a las decisiones del pasado.


Y sin duda nuestro tiempo prefiere la imagen a la cosa, copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser… lo que es sagrado no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: Lo sagrado aumenta ante sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado35
(Feuerbach, 1839)
De lo que se puede mencionar sobre este acto, sin subdivisión en medio, es la forma y los contextos, los porqués y los cómos generales:

La pieza del Conejillo 4.2 consta de una pieza a presentarse en un auditorio o teatro donde se enfatice el espacio del público y el acto; no contradiciendo lo que había venido diciendo con fundamentos en Artaud, sino que el público, esa audiencia atenta, apática, emocionada o desatenta es parte de la construcción conceptual de la escena, muy en base a las ideas mencionadas dentro del Aislamiento, donde menciono explicaciones de Debord y Baudrilliard; el escenario se armaría de la siguiente manera: tres pantallas superiores o principales, a mínimo 3 metros sobre el nivel del escenario, en las cuales se pondrían los videos de 20 minutos por sub acto, teniendo aquí que la duración del acto 4.2 en total es de 100 minutos más 10 de intermedio entre los subactos 4.2 y 4.3, para tener un momento de descanso/reflexión entre momentos relevantes, así como para no saturar la trama, así, una presentación de la pieza 4.2 duraría 110´´; se contaría con la participación del compositor Jorge Medina nuevamente como El Carcelero, ésta vez tocando un sintetizador y un set de platillos de batería conectados a un midi que conduciría a un patch de max msp con efectos similares a los de la Maduración, y sería controlado por un laboratorio construido sobre el escenario con un andamio de 2 pisos ubicado del lado derecho al fondo, en donde tres “científicos”, originalmente interpretados por Victor Mendoza, Pacha Ybarra y Adrian Ramírez, serían el centro de control de todos los intérpretes en escena, de entre los que no solo está el Carcelero, sino también 3 contrabajistas, originalmente interpretados por Paris García, Eliud Torres y Pablo Espino, vestidos como sacerdotes del PSS (más adelante hablaré más sobre el tema), ubicados en el segundo piso de la plataforma del laboratorio; al frente en una pequeña superficie estarían tres cantantes, las cuales serían la representación de Las 3 Desgracias, en contradicción a las tres Gracias, teniendo aquí a Agalgo, que representaba la fealdad, Eufrosinoidal, representando a la religión, y a Thalía, siendo esta la desdicha. En el lado izquierdo del escenario se encontraría el dichoso Conejillo de Indias gigante, donde se proyectaría una cuarta pantalla destinada específicamente a proyectarse sobre una superficie arrugada color café. Y finalmente, el último personaje era Emmanuel Goldstein, un león rebelde, que sería representado por el cellista Omar Sánchez de la banda The Sconek-T.
El audio sería mandado y  re-de-codificado desde El Laboratorio, de donde se seleccionaría los paneos en vivo, y contaría aparte con una pista pregrabada previamente que serviría de guía a la construcción escénica-musical-accionista-conceptual a realizarse en escena.

El tiempo de realización de los 100 minutos de video y audio para las 4 pantallas, buscando la coherencia, así como la de la construcción del Conejillo Gigante en la clase de monumental, y quedar con los intérpretes para la realización final de la pieza tardó poco más de seis meses, para poderse llevar a cabo la segunda mitad del 2009; sin embargo en verano de ese año, el profesor Iván González de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, decidió mandar a sus alumnos, en su tiempo de profesor sustituto de la clase de monumental, donde el Conejillo Gigante era guardado para la pieza final, a tirar la pieza, derribando los esfuerzos para la realización de la última escena, perdiendo contacto con muchos de los intérpretes y con otros perdiendo posibilidad de trabajar a su lado debido a sus respectivas agendas profesionales, esto debido al tiempo de tratar de resolver la intransigencia del profesor, lo cual nunca se logró por el papel de desinterés y apatía tomado por el director a cargo en el momento, Eloy Tarsicio.

Tras tratar de conseguir fondos para resarcir lo destruido por el Profr. González, el proyecto pareció venirse por completo abajo, teniendo como máximo el spin off de Los 15 Niños del Desierto, pero nunca reabordando el acto 4.2 debido a los costos y tiempos que implicaba la reconstrucción de la pieza.

A sugerencia de la maestra Carla Rippey, el proyecto se retomó para escribir este texto como tesina, dotándolo de nueva vida, al recordar y explayar cada detalle textualmente de lo ya realizado y lo que se gustaría realizar, encontrando que el proyecto seguirá abierto hasta que el tiempo llegue para su realización.

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