4.2 La
Experimentación
“La guerra es la paz, la libertad es la
esclavitud, la ignorancia es la fuerza”
(George Orwell,
1949)
El proyecto Conejillo inicia como espectáculo, el acto 4.2 es éste de donde
todo parte. El proyecto del Conejillo
comienza con un conejillo grotesco y gigante, y real, el acto 4.2 lo es. El
proyecto Conejillo comienza como un
juicio social en el que todos estamos atrapados, el acto 4.2 lo es. El proyecto
Conejillo es una gran ópera
multimediática de alteración sensorial en la que se representa al ser atrapado
en sí y en sus construcciones sociales autodestructivas y narcisistas, la
recreación de un ciclo de la vida que se basa en ideas de paranoia e inmadurez
que bien lo pueden ser o no, el acto 4.2 necesitó de un árbol de actos para
sustentarse y ser lo que tenía que ser, un proceso conceptual y accionista que
revele la realidad de la transformación de ser libre a conejillo.
Éste es
el acto 4.2.
Este texto se ha empeñado en no dejar cabos
sueltos en la estructura conceptual del conejillo, así que ésta introducción a La Experimentación se basará más en
presentar la estructura constructiva del desarrollo, de los cuales ya me
enfocaré mas, en cada subdivisión. Así bien, el acto 4.2 se divide en:
4.2.1
Sobre la Ironía
4.2.2
Sobre la Manipulación mental
4.2.3
Sobre la Infraestructura Social
4.2.4
Sobre la Tortura
4.2.5
Sobre la Perspectiva de la Maduración
La t(d)rama de este acto navega desde el
irónico, comienzo donde la libertad es negada y transformada obsoleta, un
forzado intento de complacencia para un proceso y una asimilación mejor, en
base a mentiras y palabrería política, un retrato de una sociedad dentro de lo
planteado en el/ y sobre el PSS, una
muestra ligera de qué pasa cuando uno tiene lo que en 198433, (Orwell,
1947), llamarían “crimen de pensamiento”, y finalmente, cuando el intelecto
reaparece, la perspectiva visible muestra que ahora sí ya nada se puede hacer
respecto a las decisiones del pasado.
“Y sin duda nuestro tiempo prefiere la imagen
a la cosa, copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al
ser… lo que es sagrado no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la
verdad. Mejor aún: Lo sagrado aumenta ante sus ojos a medida que disminuye la
verdad y crece la ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es
también para él el colmo de lo sagrado”35
(Feuerbach, 1839)
De lo que se puede mencionar sobre este acto,
sin subdivisión en medio, es la forma y los contextos, los porqués y los cómos
generales:
La pieza del Conejillo 4.2 consta de una pieza a presentarse en un auditorio o
teatro donde se enfatice el espacio del público y el acto; no contradiciendo lo
que había venido diciendo con fundamentos en
Artaud, sino que el público, esa audiencia atenta, apática, emocionada o
desatenta es parte de la construcción conceptual de la escena, muy en base a
las ideas mencionadas dentro del Aislamiento,
donde menciono explicaciones de Debord
y Baudrilliard; el escenario se
armaría de la siguiente manera: tres pantallas superiores o principales, a
mínimo 3 metros sobre el nivel del escenario, en las cuales se pondrían los
videos de 20 minutos por sub acto, teniendo aquí que la duración del acto 4.2
en total es de 100 minutos más 10 de intermedio entre los subactos 4.2 y 4.3,
para tener un momento de descanso/reflexión entre momentos relevantes, así como
para no saturar la trama, así, una presentación de la pieza 4.2 duraría 110´´;
se contaría con la participación del compositor Jorge Medina nuevamente como El
Carcelero, ésta vez tocando un sintetizador y un set de platillos de
batería conectados a un midi que conduciría a un patch de max msp con efectos
similares a los de la Maduración, y
sería controlado por un laboratorio construido sobre el escenario con un
andamio de 2 pisos ubicado del lado derecho al fondo, en donde tres
“científicos”, originalmente interpretados por Victor Mendoza, Pacha Ybarra y
Adrian Ramírez, serían el centro de control de todos los intérpretes en
escena, de entre los que no solo está el Carcelero,
sino también 3 contrabajistas, originalmente interpretados por Paris García, Eliud Torres y Pablo Espino, vestidos como sacerdotes
del PSS (más adelante hablaré más
sobre el tema), ubicados en el segundo piso de la plataforma del laboratorio;
al frente en una pequeña superficie estarían tres cantantes, las cuales serían
la representación de Las 3 Desgracias,
en contradicción a las tres Gracias,
teniendo aquí a Agalgo, que
representaba la fealdad, Eufrosinoidal,
representando a la religión, y a Thalía,
siendo esta la desdicha. En el lado izquierdo del escenario se encontraría el
dichoso Conejillo de Indias gigante,
donde se proyectaría una cuarta pantalla destinada específicamente a
proyectarse sobre una superficie arrugada color café. Y finalmente, el último
personaje era Emmanuel Goldstein, un
león rebelde, que sería representado por el cellista Omar Sánchez de la banda The
Sconek-T.
El audio sería mandado y re-de-codificado desde El Laboratorio, de donde se seleccionaría los paneos en vivo, y
contaría aparte con una pista pregrabada previamente que serviría de guía a la
construcción escénica-musical-accionista-conceptual a realizarse en escena.
El tiempo de realización de los 100 minutos de
video y audio para las 4 pantallas, buscando la coherencia, así como la de la
construcción del Conejillo Gigante en
la clase de monumental, y quedar con los intérpretes para la realización final
de la pieza tardó poco más de seis meses, para poderse llevar a cabo la segunda
mitad del 2009; sin embargo en verano de ese año, el profesor Iván González de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda,
decidió mandar a sus alumnos, en su tiempo de profesor sustituto de la clase de
monumental, donde el Conejillo Gigante
era guardado para la pieza final, a tirar la pieza, derribando los esfuerzos
para la realización de la última escena, perdiendo contacto con muchos de los
intérpretes y con otros perdiendo posibilidad de trabajar a su lado debido a
sus respectivas agendas profesionales, esto debido al tiempo de tratar de
resolver la intransigencia del profesor, lo cual nunca se logró por el papel de
desinterés y apatía tomado por el director a cargo en el momento, Eloy Tarsicio.
Tras tratar de conseguir fondos para resarcir
lo destruido por el Profr. González,
el proyecto pareció venirse por completo abajo, teniendo como máximo el spin off de Los 15 Niños del Desierto, pero nunca reabordando el acto 4.2
debido a los costos y tiempos que implicaba la reconstrucción de la pieza.
A sugerencia de la maestra Carla Rippey, el proyecto se retomó para
escribir este texto como tesina, dotándolo de nueva vida, al recordar y
explayar cada detalle textualmente de lo ya realizado y lo que se gustaría
realizar, encontrando que el proyecto seguirá abierto hasta que el tiempo
llegue para su realización.


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