Conclusiones
acerca de los actos y derivados del Segmento 2. La Maduración
El diccionario de la Real Academia Española defina la maduración como “buen juicio o prudencia con que el hombre se
gobierna”, algo similar a los significados de “autonomía”, “ponderación”,
“equilibrio”, entre otros más; sin embargo, ya introduciéndonos más a los
derivativos de la maduración, podemos encontrar que la psicología describe la
madurez social como tener y mantener un empleo, formar una familia,
independencia económica, siendo estos solamente imposiciones que la sociedad
considera como correctos, creando una eterna paradoja significativa en los
terrenos de la maduración, pues pese al hombre que se gobierna, los
significados sociales de la madurez van más hacia los campos de la dependencia
y de la obligación, más a los conceptos de esclavitud que a los de libertad.
Sin
duda las piezas que se construyen masivamente con gente que no esperaba
formar parte de la ellas, siempre tienen un rango de error que pone en riesgo
la pieza, sin embargo la aleatoriedad de las conclusiones, la variabilidad que
se genera en una pieza con el factor probabilidad enriquece el producto
dotándolo de cientos de caracteres que formalizan una experiencia creativa
inesperada, descentraliza al artista como elemento Demiurgo en un universo que se conforma con base a su pensamiento,
y se vuelve solamente un croupier documentista, un voyeur y espectador de un
espectáculo social de reacciones ajenas que finalmente conforman una pieza de
arte.
Prácticamente, desde la interactividad con la
gente, como la aleatoriedad sonora que crea el patch de Max Msp se vuelven elementos en el collage conceptual que llegan a
ser las piezas, recordando nuevamente desde los puntos accionistas de Tiravanija, hasta los dadaístas
compuestos en la obra de Schwitters;
en cuanto a la presentación de Ybarra,
casi beat pero con ese toque dadá surrealista que se forma en medio de la
interacción y la estética de lo grotesco del siglo XXI, el juego que se forma
en contra de la máquina nos remite a las obras en las que la prioridad es el
contraste entre lo orgánico y lo artificial, como una competencia que solo
puede tener fin cuando el espacio sonoro tridimensional ha encontrado su lleno
completo con la figura fibonacci que
conceptualmente existió por unos minutos. El uso del disfraz como complemento
visual es solo una referencia, un hipertexto para una realidad aumentada (y no
tanto desde la literal existencia de un plano virtual computarizado, sino en
cuanto a una experiencia más allá de lo conocido, surreal).
A nivel de la mitología interna del Conejillo, nos encontramos en un punto
de negación declarada a la naturaleza libre del ser, nos vemos en un
despojamiento de las responsabilidades y los miedos más comunes para abrazarnos
de aceptación social, no midiendo las consecuencias, no viendo ningún otro
parámetro que el hedonismo inmediato; la inmadurez es vista como un defecto, no
como una libertad, y esa avería debe de ser reparada por medio de la
maduración. En el capítulo 4.2, cuando la sociedad ya envuelve al ser en
costumbrismos e idiosincrasia se habla de un grupo de rebeldes que nunca
entraron en la boca del conejillo, se volvieron voluntariamente inadaptados,
siguiendo la figura del #1 como
mártir para su rebelión; pero ya hablaré más al respecto en su respectivo
capítulo.
"A los niños nunca se les debería enviar a la cama,
cuando despiertan son un día mayores."
Peter Pan, de James Matthew Barry
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